jueves, 25 de mayo de 2023

El valor de la amistad

Hoy fue un dia muy especial para mí y quiero compartirlo con ustedes, mis queridos lectores. 

Hoy terminé mi curso de sueco nivel secundaria (SVA grundläggande kurs) y lo concluímos con un dia de fika y brännboll en el campito de la escuela.  Jugamos, reímos, comimos y platicamos.  Disfrutamos de una hermosa y soleada mañana y el verde de la primavera, en todo su esplendor.

Empezamos con el juego de brännboll, algo parecido al beisbol pero con reglas más sencillas. Como aprendices que somos, cometimos errores que hicieron el juego muy divertido; y a pesar de que a ambos equipos nos invadía el deseo  de ganar, como sucede siempre cuando de competir se trata; al final lo más importante fueron las risas, poder disfrutar a cada uno de mis compañeros y ver sus reacciones cuando jugaban.  Esos son los recuerdos que quedarán grabados en mi mente.

Después del juego tendimos un mantel en el pasto y nos sentamos alrededor a disfrutar y compartir,  Disfrutamos de pakoras, guacamole, pastel, chips, chocolates y galletas.    



La vida es mejor con amigos




Y como siempre, al concluir una etapa, se mezclan una serie de sentimientos.  De pronto sentí que perdía algo importante, porque llegó el momento de dejar la escuela, a mis compañeros y a nuestra querida maestra Johanna.

Ya no tendré esas mañanas de trabajo en equipo donde nos esforzamos por ponernos de acuerdo para contestar las preguntas de un texto, porque cada quien lo entiende y se expresa de forma diferente.  Ya no veré como la maestra completa y corrige los ejercicios y textos en el pizarrón, acomodando las palabras correctas, como si fueran fichas en un juego de dominó; con una habilidad que me hace sentir que me falta aún mucho por aprender del idioma, a pesar de todos mis esfuerzos.

Tampoco tendré mi caminata matutina diaria, de casi un kilómetro, de la parada del autobús a la escuela.  Ni regresaré a casa con mi amiga Nada, que amablemente nos llevaba siempre de regreso. 

Extrañaré a cada uno de mis compañeros, pero me llevo muy buenos recuerdos de todos; y una parte de mí, ahora, se las debo a ellos. Porque todos me enseñaron algo nuevo cuando compartieron algo de su país, sus costumbres, sus creencias, su idioma, su música y sus comidas típicas.  Aprendí cosas que no imaginé que existían.

Ellos pasaron de ser mis compañeros de clases, a mis buenos amigos.  Así que, con gusto, buscaremos un momento para encontrarnos otra vez.


Tack så jättemycket kära vänner!!
Gracias amigos!!


Johanna, de Suecia

Nada, de Croacia
Maryam, de Pakistán
Alexandra, de Perú

Fatema, de Afganistán
Ulziisuren, de Mongolia
Maja, de Polonia

Mahla, de Irán
Sharmin, de Bangladesh
Eirini de Grecia

Bibi, de Afganistán
Fatematuj, de Bangladesh
Debakshi, de India

Pahlavon, de Tajikistán
Haile, de Etiopía
Ahsanullah, de Afganistán

Anosh, de Pakistán
Johar, de Pakistán
Simoun, de Siria


Los quiere y aprecia, su amiga:  Alicia, de México.


Escrito: 24-Mayo-2023





miércoles, 3 de mayo de 2023

Conviene tener fe?

En el artículo anterior les hablaba de los cuidados que necesita nuestro cuerpo para estar sano y tener bienestar físicamente.  Pero somos mucho más que un cuerpo físico, somos seres complejos con un cuerpo emocional y mental que también necesita estar saludable.  Reflexionando sobre esto, me dispuse a escribir para compartirles un poco de  mi experiencia.


Fe o religión


Hablar de fe no significa, precisamente, hablar de religión. Una persona puede ser muy espiritual sin, necesariamente, ser religiosa.  Pero  creo que es bueno para el ser humano encontrar una forma para crear y alimentar su fe, y que es importante  "trabajar"  con dos formas de fe:  
  • Fe en un ser superior, llámese energía, vida, amor, verdad, luz, universo, el nombre que cada quien decida darle. Yo lo llamo Dios.
  • Fe en mi mismo, creer que soy capaz de lograr mis sueños, que puedo tener la voluntad y la fuerza para alcanzar las metas que me propongo.


Fe en mí mismo


La fe en mí mismo, es un proceso que mejora con el autoconocimiento, es decir, con la búsqueda del entendimiento propio: mis  emociones, mis creencias, mis fortalezas y mis debilidades o limitaciones.

Conocerme significa entender que NO soy solo un cuerpo que necesita de alimento y cuidados para tener buena salud, sino que, también tengo un lado interno que necesita de atención; y que es mi responsabilidad alimentarlo, cuidarlo y entenderlo para tener una buena salud emocional y mental.  Puedo llamarlo interior, alma, espíritu, psique, cuerpo emocional.

Nuestro interior se puede alimentar con el arte, la música, la lectura, la escritura, el contacto con la naturaleza, la oración y la meditación.  En la medida que lo alimento se enriquece y ocurre un despertar, es decir, hacemos consciente lo inconsciente; lo que nos genera serenidad, mayor resistencia en los tiempos y situaciones difíciles, mejor adaptación a los cambios; y  las personas nos sentimos más felices.

También me ayuda practicar una religión, porque con la religión aprendo a buscar ese "lado noble" dentro de mí mismo; a enfocarme en los valores que son importantes para mí, y tomar decisiones basadas en los mismos; los cuales pueden tener un grado de importancia en un orden distinto para cada persona.  Esos valores se convierten en mis virtudes cuando los practico; son la honestidad, respeto, empatía, responsabilidad, solidaridad, voluntad, compasión, amor, perdón, gratitud, libertad, justicia, valentía, etc.  Cuáles son los valores más importantes para ti y cómo los ordenarías de acuerdo a su importancia?


Religión y discriminación


Conocerme y tener fe en mí mismo me ayuda a tener fe en mis semejantes.  Pero la fe en los demás NO siempre se fortalece con la religión.  De hecho, creo que practicar una religión me limita a seguir ciertas reglas, algunas muy estrictas, que pueden reducir un poco mi mundo, porque aprendo a etiquetar y "enmarcar" a las personas y hacer diferencia en mi forma de verlas y tratarlas de acuerdo a la religión que profesan.  Es común ver personas muy religiosas que se sienten más puros, más iluminados, los elegidos, etc.

Pensar en cristianos, católicos, ortodoxos, musulmanes, mormones, etc. me conduce a ponerlos en un molde y generalizar mi opinión sobre cada grupo.  Yo prefiero solo pensar que somos seres humanos con emociones, sentimientos, necesidades, derecho a un trato digno y derecho a tener individualidad. 

La individualidad se ve afectada y se forma dependiendo, del lugar en el cual la persona crece y se desarrolla; de las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de su país; de las creencias aprendidas, la educación recibida y las exigencias que  nos fueron impuestas por nuestros padres y el entorno.  Darle un valor distinto a estas diferencias genera discriminación en todas sus formas, racismo, sexismo, religiosa, por edad, por apariencia física, por discapacidad, etc.

Reflexionar en la individualidad, me puede ayudar a entender mejor el comportamiento, la manera de reaccionar y las opiniones de cada persona con quien convivo.  Pero creo que no puedo lograr hacer esto sin, antes, conocerme y aceptarme a mí mismo o, dicho en otras palabras, la medida en que entiendo y acepto a los demás está relacionada con cuanto me conozco y me acepto a mí mismo.

En la medida que indago sobre mis emociones, que me hace sentir tristeza o miedo, que me da alegría, que me enoja, que me avergüenza, que me hace sentir inseguro y los porqués; al mismo tiempo llega la aceptación, la comprensión y el amor por mi mismo.  Y después la aceptación, comprensión y amor hacia los demás.



La fe en un ser superior


La fe en un ser superior también es un proceso, que necesita de práctica.  Si no se tiene, se puede empezar a adquirir por medio de ver, escuchar y compartir con alguien que tiene fe.  Ayudarse de la fe de alguien más, hasta tener la propia. También ayuda querer tenerla y pedirla, se aprende a tener fe y crece en la medida que se cultiva.  Así también podemos decir que tener fe es una decisión, la decisión de tener confianza en alguien superior a mí.

Viajar también aumenta la fe porque se amplía nuestro horizonte, nuestro mundo.  Viajar nos da una perspectiva distinta del ser humano en general, y al mismo tiempo, la sensibilidad para ver la vulnerabilidad y la grandeza en mí mismo.  Pero si no tengo la posibilidad de viajar, puedo conseguirlo a través de la lectura.  

"Leer es una gran manera de expandir nuestro horizonte de experiencias", así opina Raymond Mar, doctor en Psicología de la Universidad de York, en Canadá, que estudió el comportamiento del cerebro cuando una persona lee.


Aprender a ser selectivo con lo que leo es bueno, porque es el alimento que le estoy dando a mi mente y a mi espíritu.  Ese alimento determina la calidad de mis pensamientos, que luego se transforman en emociones y por último en acciones o decisiones.  Aquí radica la importancia de ser selectivo, de ser crítico y elegir lo que me conviene. 



La falta de fe


Si no tengo fe en alguien superior a mí y en mí mismo, lo veré muy claro en las dificultades.  Es más difícil afrontar los problemas, porque no se tiene fuerza interior, ni esperanza.  Nos da la sensación de estar en la oscuridad, se siente miedo, temor a los cambios y las decisiones que se toman son reacciones al miedo.  La fe es lo opuesto al miedo.

Si tengo fe, puedo tomar mejores decisiones aún en las dificultades, me ayuda a mantenerme sereno y a pensar mejor.  La fe reduce las dificultades a una dimensión manejable, pueden verse, incluso, como oportunidades.  Tener fe es tener luz, es como tener una linterna que me guía.  Es sentir que no estoy solo, que puedo apoyarme en alguien.

He visto que para algunas personas puede ser difícil tener fe, porque han vivido experiencias desafortunadas, dolorosas, y hasta traumáticas relacionadas o no con la religión y esto genera un rechazo hacia el lado espiritual, y algunos deciden llamarse ateos.

También depende del grado de sensibilidad de cada persona.  Según la escritora Elaine N. Aron, en su libro El don de la sensibilidad, habemos guerreros y consejeros y esto ha sido así desde los indoeuropeos.  Para los guerreros es más difícil tener fe en alguien superior.  Pero los guerreros también tienen sentimientos y tienen que lidiar con ellos en algún momento.


La fe existe, la sienta o no.




Cómo ha sido tu experiencia con la fe y la religión?  

Crees que TE conviene tener fe?







Fuentes:

El don de la sensibilidad - Elaine N. Aron
Esperanza para hoy - Grupos de familia Al-Anon
Valor para cambiar - Grupos de familia Al-Anon





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